Encontré esta versión de «Milonga de ojos dorados», pero esta cantada por Jorge Drexler y no como siempre la habíamos escuchado por Alfredo Zitarrosa.
Intentamos ir poniendo corazones, como el que nos regaló esa misteriosa sirena, creando mundos de paz, armonía, amor y por tanto esa sustancia de la cual están hechos los sueños: felicidad. Disfruten de esta bonita canción de amor.
OTOÑO
La luz empieza a acortar el día,
nubes de tormenta hacen soplar al cielo.
La calma vuelve a la naturaleza.
Los árboles se desvisten con el viento.
Las veredas se llenan de otoño,
atardeceres largos teñidos de rojos.
Marrón, amarillo, ocres vistiendo árboles.
Corazones en la paz y la calma,
de las calles vestidas de otoño.
Hoy, día 20 de marzo a las 6.31 horas AM, en esta parte del hemisferio norte, a 43º de latitud, nuestro planeta, la Madre Tierra, atravesó uno de los dos puntos a lo largo del año en que se «corta» la elíptica orbital coincidiendo con el plano del ecuador terrestre. Esto produce que el sol recorra el cielo de cada observador formando un ángulo recto, produciendo 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad en todos los puntos de la Madre Tierra. Llamamos a este acontecimiento planetario como EQUINOCCIO, (del latín aequinoctium (aequus nocte), «noche igual»), siendo para los observadores del hemisferio norte, el inicio de la primavera, o sea la ascensión de la luz hasta su punto más alto cuando llegue el Solsticio de verano.
Absolutamente todas las civilizaciones de sapiens, hemos celebrado este día. En nuestra época moderna, después de la Revolución Industrial, al ir perdiendo peso la vida rural, a favor de la vida urbana, también hemos ido perdiendo, la importancia y celebración de los acontecimientos solares como lo es el equinoccio, ya que «pensamos» que podemos vivir desacoplados del mundo rural, que es el lugar en donde producimos los alimentos. Este «pensamiento», nos ha llevado a sociedades altamente competitivas, desestructuradas y desacopladas de la tierra. También hay que decir que esto ocurrió y ocurre, por el sentido de «acaparar propiedad» básicamente de tierras. Por eso, pueblos como los antiguos íberos y celtas, o los pueblos originarios de América (Abya Yala) o los autóctonos australianos, no entendían a los conquistadores romanos, británicos, luso-españoles cuando ponían límites a las grandes praderas, los extensos bosques o las montañas donde nacen los ríos y arroyos. Algo absurdo y fuera de toda lógica de «vida», algo como decir que en dos metros a la redonda de cada persona, el aire circundante es de su propiedad, ¿verdad que suena a sinrazón?
Afortunadamente, y a pesar de esta sinrazón, en nuestra casa común, la única que tenemos, la Madre Tierra, cada año se siguen produciendo dos equinoccios y dos solsticios, para decirnos que la Madre nos alimenta y ama a todos por igual, y aquí incluyo TODO, desde la humilde piedrecita del río, hasta los sapiens más tecnificados.
A nivel de civilización, hemos llegado a desarrollar un nivel tecnológico hasta ahora nunca visto, sólo soñado e imaginado por grandes seres a los que llamaban «visionarios» o «soñadores» que plasmaban en dibujos, bocetos o escritos literarios temas «inexistentes» que las sociedades calificaban y califican de «ficción». Si llegamos a ser capaces de «socializar» esta tecnología, compartirla con todos los sapiens y utilizarla en forma conjunta hacia todos los seres y entornos del Planeta, estoy completamente seguro que haríamos consciencia plena de que ya estamos en el paraíso, que no tenemos que «perder» la vida «portándonos bien», ni que tenemos que morir para llegar a él, sino que ya estamos en él. Cada ser podría desarrollar y vivir de acuerdo a su «plan de vida», es decir, hacer y desarrollar aquello por lo cual su alma es feliz, ya sea subiendo montañas, investigando en ciencia, escribiendo poesías, pintando imágenes……, lo que cada uno quiera hacer, que le haga plenamente feliz y libre. No tendríamos que preocuparnos por «ganarnos» el sustento, la Madre Tierra nos lo daría, como siempre lo ha hecho, con todo su inmenso amor y la tecnología haría lo que consideramos «tareas duras o monótonas y alienantes». Lo maravilloso de todo esto ES QUE HOY, SE PUEDE HACER, podemos vivir en el paraíso.
Por eso hoy día del EQUINOCCIO DE PRIMAVERA, otoño en el hemisferio Sur, les propongo desde este sitio «virtual» que es Creando Mundos, crear el paraíso en el que queremos vivir, aprovechando este día de IGUALDAD, y la fuerza con la cual el Sol y la Madre Tierra se juntan para iniciar el nuevo ciclo, realizando un sencillo ejercicio de observación e intención.
Utilizando leyes cuánticas, que parten de la base en que las subpartículas, de las cuales todo está formado inclusive nuestros cuerpos, están en el llamado «mar cuántico», «campo punto cero», «universo», «la mente de Dios», etc, contemplando todas las posibilidades, como si viéramos fotos de un mismo paisaje, en distintas épocas del año, por ejemplo una casa junto a un río, en invierno con el techo de la casa lleno de nieve y el río congelado, en primavera la casa con setos llenos de flores en las ventanas y el río corriendo alegre y torrentoso bordeado de flores e insectos volando, en el verano, la casa rodeada de la sombra fresca de frondosos árboles con el río invitando al baño en sus frescas aguas, en otoño, la lluvia racheada, golpeando la casa y el río corriendo gris y dejando ver las piedras peladas de la orilla. Es decir, para ese mismo lugar hay, en este ejemplo, cuatro posibilidades, todas tienen su encanto y hermosura, es entonces, cuando cada uno de nosotros con su observación e intención, deseo, puesta en una de esas fotos hará que «vivamos» ese paisaje.
Creemos ahora cada uno de los/as que esté leyendo este texto, un lugar en el «paraíso» que queremos vivir, sabiendo que creamos una sociedad COOPERATIVA, altamente tecnificada, en la que no falta de nada a nadie, en donde compartimos la ciencia, los alimentos y por encima de todo la PAZ, la Gran Fraternidad ya es un hecho y compartimos con todos los seres de todos los mundos, animal, vegetal y mineral, el vientre cálido y protector de nuestra amada MADRE TIERRA.
Pensemos en ese paraíso, pongamos nuestra OBSERVACIÓN e INTENCIÓN, suave, como si de una caricia amorosa se tratara, llena de ternura, paz y alegría en esas imágenes, utilicemos la tecnología y las leyes cuánticas y seamos Constructores – Creadores de este Mundo que ya lo tenemos, materializarlo depende de observarlo con intención.
Mi deseo «observación con intención» para todos/as es vernos rodeados de PAZ, llenos/as de ALEGRÍA, cada uno/a compartiendo con su entorno la felicidad de desarrollar su Plan de Alma.
Lokaha samastaha sukhino bhavantu, shanti, shanti, shanti. Esta es una antigua oración escrita en sánscrito que quiere decir «QUE TODOS LOS SERES DE TODOS LOS MUNDOS SEAN FELICES, PAZ, PAZ, PAZ».
GREGAL
Cuando soplas, impulsado no se por qué fuerza, corres libre por la costa del mar Mediterráneo. Cantas antiguas canciones marineras, al pasar silbante por los acantilados espinosos de rocas, del macizo del Garraf.
Erizas la mar, no como el Levante que la enfurece y la convierte en bravía, sino que la excitas, la dejas temblorosa y expectante.
En las primaveras, transportas en tus alas los polen de romeros, pinos, retamas, para que lejos, muy lejos las flores renazcan y le den color a las ocres rocas del acantilado, que nunca se cansa de de ver y oír las aguas.
Si te escuchamos atentamente, en tus antiguas canciones, nos hablas de naufragios, de encuentros en las playas, de amores lejanos venidos en barcos, que son los puentes de las grandes aguas, o de despedidas terribles de almas que sin saberlo nunca más se tocarían las manos, lo que las condenaría a estar eternamente buscándose. Pero también nos cantas, del encuentro de muchas de esas almas, que se perdieron en otro tiempo, en el que una nefasta levantada, rasgó las velas y hundió la barca. Entonces cuando sucede este encuentro, con tus alas, secas las lágrimas y abres la sonrisa alegre de dos corazones que se han reencontrado después de cientos de soles y lunas pasados.
Juegas con la blanca y fina arena de las playas, hasta convertirlas en olas que parecen estáticas. Borras las huellas de todos los caminantes del viento. Siempre me he preguntado, ¿Gregal, a dónde llevas las huellas de los caminantes de la playa?. Me respondes que los caminos son los vientos, que sobre los vientos, caminan de verdad nuestras almas. Tal vez por eso me gusta tanto el viento y que cuando niño jugaba con la cometa en el aire, escribía mensajes, que llegaban por el hilo al corazón de la cometa, y allí alto inalcanzable seguro que con el viento lo recibía el corazón que lo esperaba.
Me gusta ser un caminante del viento, porque este en primavera hace el encuentro de almas.
Al Gregal, viento del NE que sopla paralelo a la costa de la mar Mediterrània.
EL GIRO
Todos los astros giran,
gira el sol, gira la luna
la Tierra misma gira.
Así giran las vidas,
invierno, otoño,
primavera verano.
No existe lo recto,
Hoy en el punto del giro
en que me encuentro,
surge la primavera.
Surge en cantos, surge en flores,
en el viento y en el rayo.
Surge en el cambio de la rama,
dormida, desnuda, casi helada,
llenándola de brotes y de nuevas ramas.
Suerte que existen las hadas,
sino quién podría despertarnos,
del largo sueño de reposo y calma?
Hay primavera, mi dulce hada,
vistes de verde lo antes blanco o
de oscuros ocres amarronados.
Todo estaba vivo, solamente, descansando.
Gracias primavera por ir girando
e irnos recordando que la vida es eterna,
simplemente que todo va girando,
que lo que creemos muere o marcha,
simplemente ya está regresando.
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Invierno boreal, viaje a la luz
Después que nos dimos cuenta que el tiempo no es una línea recta, o sea lo que transcurre entre dos puntos del espacio, cuánto tardamos en llegar a un lugar, habiendo salido antes de otro, después de eso, vimos que en realidad el tiempo es un plano. Un enorme plano en el que nos podemos mover como la figura del «caballo de ajedrez».
Por eso hemos decidido movernos con los ciclos naturales y en esta vuelta de nuestro planeta Madre, en su órbita alrededor del sol, hacemos el salto y nos dejamos llevar al invierno de septentrión. Disfrutamos del frío intenso de la noche más larga acompañando el tiritar de las estrellas, adoramos el árbol, esta vez dormido, llenándolo de adornos, para que sepa que estamos ahí y que cuando llegue su despertar nos colme de frutos que nos llenarán de vida. Veneramos y agradecemos sus ramas secas que arderán en los fuegos de las candelas y traerán la magia de hacer comida caliente y calor a los corazones, que narrarán historias y sucesos de países lejanos, de lugares en donde los vientos son eternos o en donde la vista se pierde en horizontes verdes o azules, historias de noches estrelladas, de ríos caudalosos, de pájaros de colores, de trinos y flores extrañas; historias de aparecidos, de luces inexplicables, de montes oscuros llenos de ruidos raros. Fuego que nos calienta y nos hace sentir la cabaña acogedora y protectora llevándonos a los sueños de paz y de alegría.
Invierno que llega con el surco helado, que guarda en su fría oscuridad la semilla del pan, que será la vida, germinando trémula y fuerte con la promesa de la abundante espiga.
Invierno de los cielos rojos, rosas, amarillos y azules incomparables, o con las nubes negras que como sacos guardan su carbón blanco de nieve o granizo.
Invierno de los vientos limpiándolo todo, o erizando la mar con su caricia gélida.
Invierno para escuchar los mensajes del fuego en su crepitar y adivinar las formas cambiantes que nos hablan igual que un caleidoscopio, de venerar a los elementales del fuego que saltan en cada una de las chispas de las llamas.
Invierno para susurrarnos cosas al oído, palabras calmas, que nos lleven al mundo de los sueños, y nos recuerden que todo, absolutamente todo surge de un pensamiento, quizás de un pensamiento forjado en el fuego de una candela en algún invierno.
Sexto día de la luna nueva de diciembre de 2014 – El Portal de los Dioses.
Vídeo del Invierno de Vivaldi, cierren los ojos y déjense llevar por las alas de algún viento frío y disfruten.
Canto al otoño
El otoño, a través de las imágenes que nos deja. Tiempo de descanso, de placidez, de bosques alfombrados de amarillo, de sombras alargándose.
Es tiempo de saborear las cosechas, elaborar el vino, hacer las conservas y las mermeladas que acompañaran las charlas tranquilas junto al fuego. Tiempo del amor en calma, de sentirlo y disfrutarlo, ya sea escribiendo en un frío banco de una plaza o dos manos entrelazadas despidiendo al sol hasta mañana.
Es cuando se retira la sabia a dormir con las raíces en la tierra fría y húmeda de las mañanas.
Es cuando entre ocres se respira la calma.
Como si de un ángel de paz se tratara,
las nubes de la tormenta,
nos invitan a la calma.
Y juntos con el viento,
recoger hojas y ramas
para encender los fogones
que endulzarán las almas.
Disfrutar la tenue luz
que nos empapa
como fino aguacero
que nos lleva a la calma
la calma de sentir,
a algún alma
que se une con la nuestra
y alumbra con luz propia
en la candela de una cabaña.
que limpia las ramas
te susurraré al oído
a través del viento
historias y cuentos de hadas,
de ninfas y duendes
que viven en bosques,
ríos y quebradas.
Pero sobre todo
ese viento,
te hablará de amor,
amor al bosque,
a los ríos, los llanos,
y a todo lo que gira
en este ciclo de otoño
que hoy nos llama.
Al sexto día de la luna llena de noviembre de 2014.
Equinoccio de septiembre hemisferio norte: viaje al otoño
Hacía ya unos días que estábamos viendo pequeños grupos de golondrinas volando rumbo sur, dulces manchas negras volando a ras de la mar en calma. El sol ya les había susurrado al oído que cada día se iría a dormir más pronto y con él todos sus hijos e hijas comenzaban el descanso. Le encargó a estas pequeñas voladoras que en su viaje le avisaran a todos, sobretodo a los árboles que llegaba la hora del sueño. Sólo quedarían pinos y encinas despiertas para informar que la vida sigue, pero lenta, calma y pronta para cambiar de traje.
Todo el aire cambia de color y aroma, la mar queda en calma y anuncia con su gris azulado la llegada de nubes con las lluvias. Los zumbidos y aleteos dejan lugar a los pazos sobre el camino. Dentro del bosque, el olor a tierra húmeda nos anuncia el emerger de las setas, deleite de las tardes de fogones otoñales.
Las viñas se preparan para el sueño, tranquilas que sus frutos están bien guardados y volverán en el vino a las mesas con el sol, la tierra, el aire y el agua que guardaron en el esplendor del verano. Sus hojas van dejando el verde por los amarillos y rojos ocres, hasta cubrir los surcos y dejar las vides con sus brazos desnudos al cielo, que se convertirán en fuego y caldearán las largas charlas invernales.
Llega la paz y la calma, a los bosques, a las playas. Del atanor del alquimista sale el otoño al aire, para dejar nuestras mentes y corazones en calma. En un claro del bosque de encinas, un blanca ninfa canta y baila, siguiendo el compás de la Tierra en su equinoccial viaje espacial. Su canto nos habla del sueño, de la luna, de los ciervos, de las setas, de la vida. Ese canto y esa danza, envuelve todos los bosques y todas las almas, invitándolos al letargo, a la calma.
No se que hizo el alquimista pero por el aire me llegan esos cantos y esa danza que me dejan el corazón en calma y sólo siento mis pasos en la hojarasca.
Vilanova i la Geltrú quinto día de la luna nueva de septiembre de 2014.
Carta a la luna llena de julio 2014
El aire inunda mis sentidos. Los llena de trinos, composiciones de sonidos que se armonizan con el murmullo del viento al pasar entre las agujas de la pineda. Zumbidos de una actividad frenética de la vida en el bosque estival. Perfumes de maderas, de tomillo, de espliego y el romero regalándome una fragancia que llena mi alma.
En el cielo no te veo pero te siento, luna llena que está llegando a su máxima intensidad. Reflejas y devuelves mil rayos de amor, no se de qué corazones emitidos. Aunque no te vea te siento intensa, uniendo corazones, creando lazos de amor indisolubles que van más allá del tiempo y del espacio.
¡Qué intensa, dulce, cálida brillante, amorosa luz que reflejas! ¿De qué inmenso corazón vienes? Seguro del gran corazón del centro de la galaxia ese que a veces tengo entre mis manos y siento sus latidos haciendo el UNO.
Hoy tu luz es mi luz y nos uniremos en un cálido abrazo que nos lleve al éxtasis de la creación.
En una pineda de Vilanova i la Geltrú, el día de la luna llena de julio.
SOLSTICIO DE VERANO 2014 hemisferio norte
Solsticio de verano, nuestra hermosa nave azul surcando el espacio en su órbita abrazando a Ra, amándolo, nutriéndose de su infinita energía. Romántico baile circular del planeta en el sistema solar y de este en un rincón de la galaxia, en un brazo que vemos con ojos en tres dimensiones. Y nosotros los navegantes de la esfera azul, vemos a Ra en lo alto llegando al punto de solsticio de varias vidas.
Es entonces cuando dos corazones desafían la dualidad y hacen la unidad. Es entonces cuando se crea un nuevo mundo. Es entonces donde la eclosión de los rayos solares llenan el cristal de cuarzo y unen cielo y tierra en el abrazo infinito de las almas.
Tiempo de cosecha, tiempo de guardar en los corazones los frutos del amor para así como en una gran espiral subir y viajar en los mundos que queremos ir creando o tal vez eligiendo con nuestros pensamientos, en cual de ellos se ha de depositar la luz fotónica que se convierta en electrones.
Ahora cada vez que tomo entre mis manos el cristal de cuarzo que guarda la fuerza del solsticio, me uno al sol, me uno a la tierra, me uno al Amor materializado de la infinita Luz y mis pensamientos y palabras son modulados por el viento que acaricia todas las formas regresando a mi cargado de perfumes de los bosques, los mares, los desiertos, los hielos eternos y el susurro de las almas afines que nos llenan de un profundo amor el corazón.
Junto al Mediterráneo el día del solsticio de verano 2014.
A la luna llena que nos lleva rodando al solsticio de verano
Qué alegría y dicha verte brillar resplandeciente y enamorada en el cielo nocturno. Dejas todo como si fuese de día. Con tu enorme redondez vas girando con esa luz blanca que sale de tu interior y nos hace girar contigo hacia el punto de solsticio donde recibiremos al sol en su momento más alto en el cielo, marcándonos otro ciclo mientras viajamos en nuestra nave azul en su baile circular de las esferas.
Pero sobre todo cuando decimos: hoy estás «llena», queremos decir llena de luz que nos llega como un hermoso manto te amor líquido, lechoso que nos recubre el corazón de ternura infinita.
Te veo allá en el cielo, alta, lejos pero dentro mio y cuando te veo así brillante sólo tengo ganas de abrazarte, besarte, fundirme en tu luz para sentir como se detiene el tiempo y el instante se convierte en eterno y da paso a la creación infinita. Es ahí, sólo ahí en dónde todo tiene sentido. Es el momento de la expansión creando el mundo de paz, calma, alegría, armonía, bailando con estos ángeles el baile de las esferas.
Con tu luz podemos ver todo el trayecto del río en toda su extensión. Lo vemos en su naciente, entre rocas de alguna sierra, puro frágil, inocente; luego lo vemos corriendo veloz para llegar a los rápidos y precipitarse con fuerza en las cascada; luego llegando a la pradera, ensanchándose, con su corriente tranquila alimentando la vida de los miles de seres que comparte su camino; así se va preparando para llegar a la desembocadura y verter sus aguas para hacerse inmortal en el océano, destino de todas las aguas. Es entonces que gracias a esa luz de amor que nos envías que vemos que nosotros somos el río, y que vemos con la claridad de tu luz que somos en el mismo instante, el niño, el adulto y el anciano.
Por eso me gusta verte «llena», hermosa y enamorada porque alumbras el río en su totalidad, porque te puedo abrazar y besar con mi corazón y sentir tu luz y amor líquido que me lleva a la dimensión del espíritu.
Gracia por poder ir creando con tu luz.
Vilanova i la Geltrú día de la luna llena de junio de 2014.
LA LLUVIA
Porqué la lluvia nos hace sentir melancólicos si es una bendición?
Tal vez sea porque todos perdimos algo un día de lluvia: un barquito de papel, una hermosa cometa que quiso desafiar la nubes subiendo alto, muy alto; o es que la lluvia es el llanto del cielo y nos recuerda nuestra lágrimas. Tal vez un día de lluvia perdimos aquel amor junto a una taza de café mirando por la ventana de un antiguo boliche, justo cuando el aguacero lamía la calle dejándola desierta.
No se pero con la lluvia, a mi recuerdo vienen voces de niños empapados abriendo la boca al cielo para beber las lágrimas, niños saltando charcos y zambullendo los pies en el barro, niños maravillados por el verde brillo de las hojas lavadas por la lluvia, niños sintiendo en sus cuerpos la frescura de la lluvia en el verano y la helada y húmeda caricia en el invierno.
Pero sobre todo cuando llueve siento otra vez tus labios y los míos en ese beso eterno en dónde sólo los latidos de los corazones silenciaban el repiquetear de la lluvia en el paraguas.
En un tren el día de la luna nueva de mayo de 2014.
SUEÑOS DE PRIMAVERA
¿Cuántos sueños vivimos en un sueño? Seguramente son infinitos.
Cuando vivo desde el corazón me pregunto ¿qué es «real»? ¿qué nos hace creer que algo es real?
¿Es real el universo que cada vez se expande más? Buscamos una frontera, un final, un límite para así tranquilizarnos de que empieza otra cosa.
¿Son reales nuestra imaginación nuestros pensamientos, nuestros sueños?
Qué terrible inseguridad de querer tener todo limitado, todo encerrado: el camino acaba aquí, …el recorrido ya ha terminado, …el malo está en su celda, …el pájaro en su jaula, …el hombre en su lecho de muerte, …el final de la carrera.
Pero burlonamente ahí está el cosmos que nos dice que aunque le agreguemos cada vez más galaxias a los miles de millones que ya tiene, no se acaba aunque lo queramos limitar, acotar, enjaular…..no sabemos que eso no se puede hacer con los sueños.
Todo es un sueño que está en todo y en todos. Es un eterno continuo.
En mi sueño creo un mundo ilimitado, en dónde sólo el «creer» hace que las cosas sean.
Tenemos una poderosa llave: la alegría. Cuando tenemos esta llave, cuando vivimos el sueño conscientemente, cuando sabemos que estamos soñando y queremos vivir ese sueño, sabemos que sólo hay que creerlo para crearlo.
El sueño de la flor de cactus junto a la mar para convertirse en higo.
Un trozo de mar entre mis manos persiguiendo horizontes.
Un trozo de mármol aprisionado en erizada roca.
La luz bailando en las aguas.
Sueños del soñador……………..
ATARDECER JUNTO A LA MAR
El viento de garbí me traía el rumor de la mar erizada. Mis pasos acariciaban la Tierra lentamente. Al llegar a la playa el espectáculo es maravilloso, El Garbí había borrado toda huella y mecía las hierbas de los antiguos bañados en una mar de hondas de arena.
Marchaba la tarde acompañando al sol que resbalaba lento por las curvas de la Tierra. Este al irse iba estirando suave el manto de la noche. La luz azul lo comenzaba a inundar todo, azul en azul de la mar en la espuma de las olas agitadas.
El manto traía enganchadas las primeras estrellas que nos regalaban la alegría, la paz y la calma de la noche avisada.
Por mis ojos iban entrando las estrellas, mis oídos grababan el rumor intenso de la mar incansable llegando a la playa, ese olor a mar antiguo y profundo me elevaba el alma, la caricia del viento en mi cara y la frescura del agua en mis manos me llevaban a otros vientos, otros mares, otras playas pero yo estaba ahí en ese instante, quiero devolver la caricia con un beso y al llevar la mano a la boca siento el sabor de la mar, de algas, plancton y sirenas.
Como si de un río de luz se tratara todas esas imágenes, sonidos, gustos, olores y tactos llenan mi corazón de un misterioso elixir que me expande.
Guardo ese regalo en mi corazón para compartirlo con la luna cuando salga o tal vez en forma de tinta derramarlo en una hoja de papel garabateada.
Vilanova i la Geltrú, cuarto día de la luna menguante de mayo de 2014.
PRIMAVERA
En un lugar del macizo del Garraf junto a la mar.
Me gusta el viento que hace que mi alma vuele libre como la espuma de las olas.
Me gusta porque eriza las aguas en una eterna caricia romántica.
Me gusta porque lo sacude todo y nos recuerda que somos juncos en un bañado.
Me gusta porque acaricia mi cuerpo y me dice que es ahora, sólo ahora.
Me gusta porque siento. Siento la vida, los rayos del sol y la placidez plateada de la luna.
Me gusta porque eleva la cometa de mis sueños, y allá arriba se ve diáfana y trasparente, amando al sol, unida por ese hilo gluónico que va de mi corazón al cielo.
Siempre al cielo del ahora.
Formas misteriosas al caer la tarde, luces, sombras, espejos y un aire tibio que nos envuelve.

Una multitud de seres invisibles pueblan el camino a esa glorieta donde se siente la música de la mar.
La vida siempre nos regala cosas
El otro día caminando por la ya casi desierta playa, abstraído por el rumor de las olas, el grito de las fragatas, que se zambullían una y otra vez buscando ese pez que las alimente, oliendo el salitre y disfrutando de esa placidez de la costa otoñal, en medio de los pequeños cantos rodados, lo veo, resaltando del oscuro de las piedras, un hermoso corazón construido con trocitos de conchillas blancas.
Allí estaba como surgiendo de la tierra, al verlo casi podía sentir el latido del amor con que fue hecho.
Enseguida pensé que en algún momento surgió una sirena enamorada desde lo más profundo de la mar y con sus finas manos de agua lo hizo. Sin duda un regalo para el caminante solitario de la playa desierta.
Estaría latiendo hasta que al subir la marea, la mar se lo llevara. Pero como todas las cosas que brotan del corazón, quedará para siempre, repartido en el aire, en la arena, en la mar y en mi corazón, porque tuve la suerte de encontrarlo, de verlo, antes de que se lo llevara la mar. Quise imaginarme la sirena que lo hizo, y en mi mente dibujé un ser hermoso, una diosa del agua. Uní mi corazón con ese corazón palpitante, me llené de fuerza, de alegría de saber que por suerte en la mar existen estos seres maravillosos, que nos hacen estos regalos a los caminantes. Y con esa alegría seguí, rumbo al sol, buscando el estallido de colores del atardecer.
El camino siempre está lleno de pequeñas cosas hermosas. Sólo hay que saber verlas.
Vilanova i la Geltrú por el 14 de octubre de 2012.
Hasta la vista
Hoy he visto marchar las golondrinas. ¿A dónde irán?, atraviesan el cielo y se llevan el verano con ellas.
Se van, al igual que los sueños y las cosas efímeras. Pero ellas guardan la promesa del regreso, en cada aleteo nos dicen: volveremos a encontrarnos, en otro verano, en otro sueño tal vez.
En su vuelo hacia el sur, se llevan los días largos a lomos de sus alas negras, invitando la tierra al descanso otoñal, a saber que las cosechas ya están en los graneros o en las bodegas a buen recaudo y no nos faltará el pan y el buen vino junto al fuego en las noches frías.
Cuántas cosas nos dicen las golondrinas al irse.
Hermosas hermanas aladas de pecho blanco, cumple tu promesa del regreso que yo te estaré esperando para que me traigas esa nueva primavera como cada año.
Gracias nómadas del aire, gracias por la alegría que me habéis dejado en el corazón de veros cada día en el verano llenando el mundo de nidos y de trinos, gracias pequeñas hermanas voladoras.
Sólo os puedo decir ¡hasta la vista!, buen viaje queridas golondrinas.

La mar inmensa con sus olas modelando la roca para darle las formas que nuestra imaginación quiera, igual que los mundos que vamos creando.

Desde el sol quedó flotando el «ojo de Orus» en medio de los ombúes. Descansa caminante que estamos en otoño.

Los días se acortan, caminamos inexorablemente al equinoccio de otoño.
Nueva alegría para la vida, todo se renueva con el cambio.
Las nubes anuncian que pronto la naturaleza comenzará la invitación a descansar, después de un eufórico verano.

Luna llena, la segunda de agosto, la luna azul, en la hora azul. Ilumina los difusos caminos de la mar. Espectáculo maravilloso, que abre los corazones, llena los pulmones de aire tibio, salado y húmedo. Brillante y misteriosa, profunda y etérea ahí estas en este cielo nocturno de verano abrazándonos con tus hilos de plata.

La tarde plácida, sumerge las barcas en luz crepuscular, con la promesa del mañana…..buena mar marineros.

En la desembocadura del río Foix, sus aguas se funden con la mar convirtiéndose en inmortales, siguiendo el giro del planeta en esa otra mar infinita y tal vez eterna.
Qué frescura, húmeda y envolvente. Me cubre todo el cuerpo con su caricia espumosa.
Percibo el sonido rítmico y percutor de cien olas rompiendo.
La brisa marina con olor a sal, algas….con olor a vida.
Cuando mi vista se pierde en el horizonte que une los dos azules, mi cuerpo y mi alma se funden. Cuando soy el sol, la mar, el aire, la roca, los cantos rodados, la fina arena. Cuando la tierra y yo somos uno, cuando giramos en torno al sol en ciclos infinitos. Cuando con el sol giramos en la galaxia, cuando con la galaxia giramos en el cúmulo y este gira en el infinito, en el caldo de vida eterna, sin tiempo, sin espacio, sin materia, sólo mente creando mundos. Siento ese enorme giro dentro de mi corazón, estoy en la nada, que nada deja por hacer, estoy en la paz.
MUY BONITAS LAS IMÁGENES Y LOS TEXTOS. ELI
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encantadoras, y mensajes llenos de pensamientos.
Begoña
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Que bonitas fotos. Aire
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Buena transmisión hermano…..
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Drexler, palabras, imágenes…todo desde el corazón. Gracias por haberte cruzado en mi camino!!! Te sigo!
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Hermosas fotos Fer!!!! Así como los comentarios que haces,gracias por ser como eres amigo, y regalarnos estas maravillas!!!! Un abrazo- Marinela
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El camino siempre está lleno de pequeñas cosas hermosas. Sólo hay que saber verlas.
Que hermosa frase. Procuraré acordarme siempre.
Muchas gracias Fernando por tus reflexiones.
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