Anoche 27 de octubre, tuvimos la presencia de la última de las superlunas del año.
Se presentaba la noche con cielos llenos de nubes. Se ribeteaba una tenue y enigmática luz plateada en los espesos contornos nubosos de lana recién esquilada.
Cuando pensábamos que no la veríamos, una fresca marinada, empezó a tirar de la luna para que saliera de su nido de lana.
Con su sonrisa resplandecieron los cielos y los otrora oscuros bellones de lana parecidos a nubes.
Quieta y sonriente en el cielo nos miraba, pero inquieta se bañaba en la mar.
La quise atrapar en el charco de agua, pero la luna es libre, nos ilumina a todos, y del charco subiría al cielo otra vez, tal vez a dormir entre bellones cálidos de lana recién esquilada.
En este vínculo está el baile de la luna en las aguas del puerto de Vilanova i la Geltrú.