La inquieta luna se despierta muy temprano.
Se detiene en el mástil de un barco.
Se rasca la barriga en un cuerno de bronce.
Se viste de blanco para lucir en el azul celeste.
Luego cuando el sol se vaya,
será la reina del cielo y se peinará en las aguas.
Dejaré esta noche un cubo con agua,
para mañana recoger sus hilos de plata.
Luna llegando a «llena» de febrero de 2016.