El sol empieza a enlentecer su marcha. Derrama su luz sobre la Tierra casi perpendicular. El pequeño ejido duerme en la calma llenando la luz los romeros y lavandas.
En unos días el sol parecerá detenerse para nosotros, la Tierra. Solsticio: sol quieto.
Las hojas se esconden, duermen, en la luz del calor de mediodía.
Mediodía mediterráneo entre luces y sombras frescas.
Quietud de la luz que abraza corazones mares y plantas.
Si te acercas al romero o a la lavanda su perfume te lleva a un mundo que te invita a pensar en las hadas, las ninfas o las «dones d’aigua». Con ellas puedes entrar en la dimensión de la paz. Esa en que eres el sol, el romero, la lavanda. Te fundes con el calor del mediodía Mediterráneo.