Sentarte a mirar la mar es viajar a otros mundos.
Abres una ventana al universo. Igual que si te paras a mirar un cuadro, de aquellos que la mano era el corazón.
Al sentarte a mirar la mar el alma salta el horizonte. Te fundes con el cuadro, miras todo con el corazón. Eres la gaviota volando. Eres la luz del sol jugando en el agua. Eres un rayo de sol. Eres la brisa fresca perfumada de alga y sal. Eres el viento que empuja la vela en pensamientos de inmensidad.
Sabes que detrás del horizonte nuevos sueños y nuevos mundos hay.
Qué paz, alegría y calma cuando abro la ventana que mira a la mar.
Ventana de sol, estrellas y lunas te abro de par en par, para abrazarte en silencio, en el silencio de la mar.