
Hay lugares en el mundo que están llenos de soledades. Al Sur del Sur, donde el cielo austral esconde a Ñamandú en una huella de estrellas, existen infinidad de soledades.
Una de éstas soledades está en la costa atlántica del Uruguay entre La Pedrera y el Cabo Polonio.
«Lugares de soledad de soledades
puerta al Todo.
Mis hermanos emplumados
tenían razón, todo es el Gran Espíritu.
Tus ojos, mis ojos son testigo
gran soledad compartida
miles de seres viviendo,
el lobo, la ballena, el delfín,
el albatros o el petrel,
la tortuga, el yaguareté,
el puma, el infinito océano,
el incansable viento,
los médanos móviles,
la infinita pradera,
el águila, el carpincho,
la crucera y el guazú virá…
Todo tan poblado.
¿y tú le llamas soledad?
La casa en la arena,
¡eso sí que es soledad!
Mi mirada no está sola
se llena de soledad,
camino sobre la arena
escucho el rumor de la mar,
sumergido en bolas de espuma,
picadas de arena volando,
voces del viento del Sur
desde la mar suaviza las praderas.
Pregunto al Gran Espíritu,
¿Qué es la soledad?
no conoce esa palabra,
el Todo no sabe qué es soledad.