Me encanta la niebla porque es capaz de impregnarlo todo con su aliento húmedo y nos hace percibir las cosas con sentidos que a veces tenemos aletargados.
Como un aliento húmedo del más allá.
Vino la niebla
Venía de una mar en calma, casi dormida.
Llegó la niebla
Desdibujó las formas, mojó los pastos.
Se puso la niebla
Pintó de gris mares, montañas y ciudades.
Mojó la niebla
Sólo con los ojos del corazón el caminante pudo,
ver a través de la niebla.
primer día de luna nueva de noviembre de 2015.