Jugar con el viento

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Qué lindo es haber aprendido

a jugar con los vientos.

Cuando sopla el Pampero,

ese que deja el cielo de azul brillante,

nos llena de frío y esconde las nubes.

Es el gran momento para llenar el firmamento

de barriletes, luceros, barcos y estrellas,

para alumbrar de colores los cielos azules.

Llenarse el aire de risas, al ver balancearse

estas flores del aire.

Mandarles cartas o ponerle roncadores.

Desafiar la resistencia de cañas, hilos y papeles de colores.

Sentir como tira el viento,

intentar el equilibrio con tiras de trapo.

Cometas con colas que surcan el cielo,

unidas por el hilo al corazón de un niño

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Cuando viene el viento cálido del norte,

el aire queda pesado, aliento de lejanas selvas,

de reinos de anacondas y jaguares.

Contigo descubrí los perfumes del jazmín del cabo.

A volar mi imaginación con relatos

de indios, de flores extrañas, de junglas impenetrables,

de ríos con pirañas y caiporás protectores,

de camalotes formando islas,

bajando serenas buscando las grandes aguas.

Islas que llevan yaras, corales y cruceras,

valientes protectoras de los bosques tropicales.

Cuando sopla el viento del norte los niños aprendemos

a hacer arcos y flechas con cañas,

para jugar con el viento creando historias extrañas.

indio

Jugar con el viento del Este,

es jugar con  el llanto y las lágrimas,

con el infinito océano que guarda

tantas nostalgias.

En invierno es sentir la lluvia helada,

congelando las manos y caras,

es meterse en los charcos

chapotear felices la bendición del agua.

Hacer de papel barquitos,

ponerlos en la correntada,

correr con ellos y salvarlos

antes que caigan en alguna cascada

de las alcantarillas,

de enormes bocas negras

que todo lo tragan.

Si soplas en verano,

también nos traes agua,

y junto a los barquitos

juegan niños desnudos

corriendo y mirando el cielo,

de boca abierta, bebiendo agua.

El placer de los pies descalzos,

pisando el barro blando

que esconden las charcas.

Pescar renacuajos

tal vez alguna rana.

Siempre con el viento del Este

podemos jugar con las aguas.

Después que has aprendido,

el secreto de jugar con los vientos,

eres capaz de volar con ellos

llevando sonrisas alegres,

a cualquier lugar

por donde el viento pasa.

Así tiras la red invisible

de la alegría y la calma.

Es cuando sabes,

que las sonrisas y el amor

se escampan

igual que semillas de panaderos

llevadas en alas de viento

para que se encuentren las almas.

arriba del cielo arriba

Tercer día de luna nueva de noviembre de 2015.

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