Atardecer del primer día de Luna Semilla de noviembre de 2015
Trajo de Garbí – Vilanova i la Geltrú
Parece que nos tendríamos que aburrir de ver salir o ponerse el sol, pero es todo lo contrario. Cada día que podemos ver este espectáculo, lo vivimos con más entusiasmo, con más alegría. Debe de ser porque son momentos en que estamos plenamente presentes, momentos en que sentimos plenamente la vida, momentos en que sabemos que vivimos en un planeta. Es en esos momentos que nos damos cuenta que giramos con la Tierra, en donde ese sol que sale o se pone nos alumbra el movimiento.
Ahí, nuestro cuerpo y nuestra alma, están en sintonía directa con el cosmos, es como si los rayos del sol se enredaran en nuestro corazón, mostrándonos la maravilla de la inmensidad.
Cada una de ellas, es distinta, un barco en el horizonte, unas aves que pasan volando, formas caprichosas de nubes y sobre todo la luz que va cambiando con las estaciones. Imposible aburrirse de ver al sol nacer o ponerse.
Aquí les dejo algunas fotos, para que a modo de ventana, puedan asomarse y así entre el monótono y rítmico vaivén de las olas, el intenso olor a salitre de la mar y el lento y silencioso paso de los veleros, puedan entrar en la paz, la calma y la alegría del sol poniéndose en las aguas o sentir el vértigo vital de la Tierra girando.