Pasífae prisionera del bronce y del cemento,
quiere marchar en el barco, que va a otro puerto.
Desesperada grita al viento que la acaricia diciendo,
Así como hago navegar los veleros, te llevaré mar adentro,
para que un día llegues al puerto de tus sueños.
Pero son duros el bronce y el cemento carcelero,
por eso si te acercas despacio a mirarla desde adentro,
puedes escuchar su lamento, que se confunde,
con el ulular del viento.