El aire trae olor de campo
manzanilla y llantén,
tomillo y romero también.
La tierra humeda despierta.
Achaparrados árboles de pequeñas flores,
esparcen sus perfumes,
apretadas por el fresco de la noche,
mojadas por mil gotas de rocío.
El sol ribetea nubes con luz brillante.
Las torcazas marcan el ritmo del día,
con su monótono ulular.
La mañanita gira rumbo a su medio día.
En mi corazón sueños,
que en esta luna semilla,
intentaré plantar.
No te olvides alma errante,
de sonreír a la mañana
así cuando llegues al medio día,
encontrarás un sol radiante.