Se esconde tímida la farola
detrás de la despeinada palmera,
espera la larga noche,
para guiar pescadores a tierra.
Celosa está la farola de la mar,
porque el sol se baña en su agua,
dejando miles de luces danzar.
Luces que llenan el aire,
espejo de agua en que al sol
le apasiona jugar.
Báñate en luz caminante
y guárdala en tu corazón,
para que cuando llegue la noche,
brilles cual farola
y no tengas celos del sol.