En su eterno ir y venir
amaneciendo soles y lunas
la mar creía que estaba sola
fue entonces que sintió una mirada,
que llevaba un pensamiento
lleno de amor y alegría
la mar nunca más se sintió sola
porque miró a sus adentros
sus profundidades más oscuras
vio que estaba llena de vida
supo que en sus idas y venidas
el misterio de la eternidad la envolvía.