He pasado un atardecer sentado en las rocas de los acantilados mirando la mar.
Parecía extraño tener el sol a la espalda. Sentir el frescor de la piedra amoldándose a mi cuerpo, envolviéndome.
Me di cuenta que no iba a ver una puesta de sol, sino que iba a ver un amanecer de Luna Llena.
El sol en su camino de luz pronto nos dejaría su manta de estrellas. Sus rayos despiden la tarde pintando en dorado las rocas más altas del acantilado.
Frente a mi la inmensa, profunda y líquida mar, llena de seres, de sueños navegando que buscan una playa en donde varar.
El cielo empieza a pintar todo de azul cobalto luminoso. Comparte su luz con las rocas, la mar, las gaviotas.
La fresca marinada acuesta sobre la roca los tercos romeros que crecen achaparrados sólo por ver la mar cada día.
Mientras el manto azul va avanzando cielo, detrás del espeso colchón de niebla que borra el horizonte, amanece radiante y luminosa la blanca Luna Llena.
Sube, no se por qué viento es impulsada. Marca un puente de luz sobre las aguas que estalla en olas sobre rocas y playas.
Desde mi pequeña atalaya, escucho la mar estrellando luz en la roca, escucho el chillar de las golondrinas apurando la tarde.
Entonces el tiempo se para. El aire se perfuma de mar, pinos, romeros, lavandas.
Sientes presencias, recuerdas ausencias, la Tierra sigue girando.
Pronto la noche será de las estrellas y de esa luz fresca y blanca. La mar brillará misteriosa, las rocas resaltarán entre negro y plata.
Mi corazón es la roca ahora cálida y blanda, es la mar espejo rugoso de plata, es el aire perfumando el cielo estrellado, soy todas las cosas, golondrina, murciélago, ballena, cielo. También espíritu y alma.
Vilanova i la Geltrú, Luna Llena de junio del 2017.
También Luna Llena de Géminis o de la Buena Voluntad.
Maravillosas imágenes.
Un saludo 🌷
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