Año estelar MMXIX

Cuaderno de bitácora:

Día I del año estelar MMXIX, desde una de las ventanas de la Nave Estelar 3P H2O, conocida por una especie de  sus tripulantes como planeta Tierra, Pachamama, Gaia y mil nombres más, hemos contemplado ocultarse en este cuadrante a la estrella, enana amarilla, tipo espectral G2 clase V de luminosidad, denominada sol por algunos de los tripulantes.

Mantenemos nuestra velocidad de crucero de 108.000 Km/h de navegación orbital. La velocidad de generación sobre el eje es de 1700 Km/h, si bien está previsto al alcanzar el perihelio superar los 4000 Km/h.

La navegación es plácida dentro de la galaxia de la Vía Láctea, que junto con la galaxia de Andrómeda  polarizan el cúmulo galáctico conocido como Grupo Local compuesto por más de 50 galaxias. Seguimos la navegación por el mar cuántico de la materia oscura entre millones de cúmulos galácticos.

La ocultación de la estrella enana amarilla G2-V, hoy día I del año estelar MMXIX fue bastante espectacular. Al no detectarse la presencia de vapor de agua condensada (nubes) sobre el horizonte, la incandescencia estelar tiñó de amarillo el trozo de espacio observado (cielo) al igual que el coloide compuesto por dos gases, hidrógeno y oxígeno llamado mar.

La observación concentró a un gran número de tripulantes que disfrutaron maravillados del espectáculo.

Ponemos el «piloto automático» y seguimos la navegación interestelar en nuestra Madre Tierra.

Para poder mantener estos espectáculos desde las ventanas de la Nave, recordamos a la tripulación de hominidos autodenominados sapiens, que su tarea principal es el mantenimiento y cuidado de las instalaciones de la Nave. También han de dedicar especial cuidado a los otros tripulantes de los reinos vegetal y animal, a los efectos que no se rompa la vital cadena que los une a todos con todo.

Les deseamos que en este MMXIX año estelar, disfruten de cada momento enfocando sus procesadores a generar momentos de alegría, belleza y paz. Sepan que los beneficios serán la abundancia, la dicha y beber cada día del néctar que mueve la Nave y todo el universo navegable: el Amor incondicional.

Cerramos informe en cuaderno de bitácora.

Un navegante.

 

Atardecer con Luna Llena

He pasado un atardecer sentado en las rocas de los acantilados mirando la mar.

Parecía extraño tener el sol a la espalda. Sentir el frescor de la piedra amoldándose a mi cuerpo, envolviéndome.

Me di cuenta que no iba a ver una puesta de sol, sino que iba a ver un amanecer de Luna Llena.

El sol en su camino de luz pronto nos dejaría su manta de estrellas. Sus  rayos despiden la tarde pintando en dorado las rocas más altas del acantilado.

Frente a mi la inmensa, profunda y líquida mar, llena de seres, de sueños navegando que buscan una playa en donde varar.

El cielo empieza a pintar todo de azul cobalto luminoso. Comparte su luz con las rocas, la mar, las gaviotas.

La fresca marinada acuesta sobre la roca los tercos romeros que crecen achaparrados sólo por ver la mar cada día.

Mientras el manto azul va avanzando cielo, detrás del espeso colchón de niebla que borra el horizonte, amanece radiante y luminosa la blanca Luna Llena.

Sube, no se por qué viento es impulsada. Marca un puente de luz sobre las aguas que estalla en olas sobre rocas y playas.

Desde mi pequeña atalaya, escucho la mar estrellando luz en la roca, escucho el chillar de las golondrinas apurando la tarde.

Entonces el tiempo se para. El aire se perfuma de mar, pinos, romeros, lavandas.

Sientes presencias, recuerdas ausencias, la Tierra sigue girando.

Pronto la noche será de las estrellas y de esa luz fresca y blanca. La mar brillará misteriosa, las rocas resaltarán entre negro y plata.

Mi corazón es la roca ahora cálida y blanda, es la mar espejo rugoso de plata, es el aire perfumando el cielo estrellado, soy todas las cosas, golondrina, murciélago, ballena, cielo. También espíritu y alma.

Vilanova i la Geltrú, Luna Llena de junio del 2017.

También Luna Llena de Géminis o de la Buena Voluntad.

SOL INVICTUS

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SOL INVICTUS, el triunfo del Sol, la luz creciente.

Hoy si nos volvemos a sentir «hijos de la Tierra», que siempre lo somos, podemos disfrutar de este día en forma especial.

10 de enero, Luna Nueva, la primera del año, con el sol pasando por el Trópico de Capricornio.  Momento en que el hemisferio norte, celebra el «triunfo de la luz», es decir el momento en que el Sol, comienza a renacer invitándonos a subir a su carro de luz para recorrer el cielo.  Los antiguos egipcios, celebraban en este día el Solsticio de Invierno, ya que consideraban a la Luna Nueva de Capricornio, una puerta que se abría al cielo. El río Nilo, ya había realizado sus «crecidas» y en ambas orillas el fértil limo estaba acumulado, con lo que este era el momento de sembrar las semillas que darían vida, abundancia y prosperidad al pueblo, pidiendo a los dioses, a través de esta puerta abierta una buena cosecha.

Estas celebraciones, fueron incorporadas por los romanos en las fiestas de Jano (el guardián de las puertas del cielo, de ahí el nombre del mes de Enero, el primero, Gener, Janeiro….). Luego estas fiestas, son tomadas por el cristianismo, el nacimiento, la luz del mundo. Los regalos que nos traen los Reyes de Oriente, recién comenzado Enero, son sin más la continuación de los ritos ancestrales de la historia de la humanidad.

Es así que en algún momento, empezamos a caminar por la oscuridad, tirando todos estos conocimientos al «cajón» de la superstición y la pseudo  ignorancia. Tal vez en un intento desesperado de justificar nuestra existencia. Sin saber que nuestra existencia, depende de algo tan misterioso como lógicamente absurdo que es el agua. Algo hasta ahora inexplicable. Porque el «agua»,  son dos gases oxígeno (O) e hidrógeno (H), H20 (dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno) y en cambio la bebemos y es el 75% de nuestros cuerpos. Un misterio.

Así que hoy es el momento de «plantar» y «pedir» a los cielos, eso que queremos ver en nuestras vidas y en los mundos en que nos movemos. Por ejemplo, habitar en sociedades cooperativas, utilizando equitativamente los bienes que nos da la Madre Tierra, en donde el BIEN COMÚN es el bien individual. Sociedades en donde la tecnología está al servicio de TODOS y en especial de la TIERRA. Sociedades donde la fraternidad es el valor destacado. Sociedades en las cuales nuestra especie convive en armonía y paz con todas las especies que compartimos planeta.  Luego nos queda lo personal de cada uno, podemos pedir, soñar, visualizar lo que cada uno quiera, pero al igual que nuestros ancestros hagámoslo con el corazón en paz, desde la calma, sintiendo aquello que verdaderamente nos hace feliz, poniendo en ello una SUAVE INTENCIÓN.

Regalémosno 5 minutos solamente, para SENTIR nuestro SUEÑO mirando el sol naciente o poniente, respirando el aire del lugar en que estemos, observando una nube, acariciando la cabecita de un bebé, viendo jugar a niños, acariciando a los animales compañeros de viaje, oliendo una flor, escuchando una melodía que nos haga sentir la corriente de alegría que pasa por el cuerpo, sintiendo el agua de la ducha, saboreando un beso o disolviéndonos en un abrazo…… Sólo eso.