Archivo por meses: noviembre 2015
Balada de otoño
El viento lleno de pasión,
desnuda las arboledas.
Alfombra de hojas
Mis pasos exparcen en el aire
crujientes sonidos.
Hojas que descubren al viento
formando remolinos.
El aire frío me trae
de universos paralelos,
palabras de amor,
susurradas al oído.
Día de la luna llena de sagitario de 2015.
PROPUESTA
Mis queridos/as amigos/as seguidores/as, lectores/as de este espacio de http://www.creandomundos.org
Como nos gusta compartir cosas, se nos ha ocurrido crear un pequeño espacio de participación para todos/as.
Se nos ocurrió, hace ya un tiempo cuando paseabamos por un parque, era primavera y nos llegaban perfumes de flores que nos llenaban de alegría y paz. Todo transcurría con normalidad, hasta que nos llegó un perfume, que seguramente no era el exacto, pero se fue directamente a nuestro cerebro, exactamente al sistema límbico, donde se encuentra nuestra memoria olfativa.
El impacto fue tan grande, la sensación de paz y felicidad fue tan enorme que nos traslado a nuestro Montevideo infantil, más concretamente a una tormentosa tarde de verano llena de calor húmedo antes de la lluvia, en donde las pesadas nubes hacían de invisible prensa del aire, que destilaba fragancias del jazmín del cabo. Todo el barrio quedaba inundado del perfume dulce y fresco del jazmín.
Al evocarlo revivimos esa inigualable sensación de felicidad, alegría y por sobre todo, de paz.
Al sentir esto supe que todos/as tenemos recuerdos en algún lugar de la memoria que nos llevan a sentir esos grandes momentos de felicidad, y que si somos capaces de ir reviviendo, nuestros corazones se irán abriendo a recibir cada vez más de estos momentos, aunque sean nuevos pero nos dejar vivir en la alegría, la calma y en definitiva en la felicidad.
Ponemos algunos ejemplos, que entenderemos perfectamente. En la canción de
Alfredo Zitarrosa «Guitarra negra» hay una frase «las encomiendas por la Onda con olor a estofado». Eso Es un recuerdo placentero. O nuestra Juana de Ibarbourou, en «Los duendes de Cerro Largo» «…hacé que la masa crezca bastante y las roscas salgan ricas…..en seguida que saquen el pan del horno. »
A alguien le puede, seguro, provocar gran felicidad, el aroma del café recién hecho, o la cabecita perfumada de un bebé, o el gusto que nos dejó algún beso lleno de amor.
En fin podría seguir, pero la idea es un espacio para compartir. Nosotros ya pusimos uno, a ver si armamos una lista grande de MOMENTOS DE FELICIDAD.
Un abrazo grande y deseo les guste la iniciativa y participen.
BESO AL SOL
Esperando las barcas
Sol sobre el horizonte
Atardecer del primer día de Luna Semilla de noviembre de 2015
Trajo de Garbí – Vilanova i la Geltrú
Parece que nos tendríamos que aburrir de ver salir o ponerse el sol, pero es todo lo contrario. Cada día que podemos ver este espectáculo, lo vivimos con más entusiasmo, con más alegría. Debe de ser porque son momentos en que estamos plenamente presentes, momentos en que sentimos plenamente la vida, momentos en que sabemos que vivimos en un planeta. Es en esos momentos que nos damos cuenta que giramos con la Tierra, en donde ese sol que sale o se pone nos alumbra el movimiento.
Ahí, nuestro cuerpo y nuestra alma, están en sintonía directa con el cosmos, es como si los rayos del sol se enredaran en nuestro corazón, mostrándonos la maravilla de la inmensidad.
Cada una de ellas, es distinta, un barco en el horizonte, unas aves que pasan volando, formas caprichosas de nubes y sobre todo la luz que va cambiando con las estaciones. Imposible aburrirse de ver al sol nacer o ponerse.
Aquí les dejo algunas fotos, para que a modo de ventana, puedan asomarse y así entre el monótono y rítmico vaivén de las olas, el intenso olor a salitre de la mar y el lento y silencioso paso de los veleros, puedan entrar en la paz, la calma y la alegría del sol poniéndose en las aguas o sentir el vértigo vital de la Tierra girando.
Jugar con el viento
Qué lindo es haber aprendido
a jugar con los vientos.
Cuando sopla el Pampero,
ese que deja el cielo de azul brillante,
nos llena de frío y esconde las nubes.
Es el gran momento para llenar el firmamento
de barriletes, luceros, barcos y estrellas,
para alumbrar de colores los cielos azules.
Llenarse el aire de risas, al ver balancearse
estas flores del aire.
Mandarles cartas o ponerle roncadores.
Desafiar la resistencia de cañas, hilos y papeles de colores.
Sentir como tira el viento,
intentar el equilibrio con tiras de trapo.
Cometas con colas que surcan el cielo,
unidas por el hilo al corazón de un niño
Cuando viene el viento cálido del norte,
el aire queda pesado, aliento de lejanas selvas,
de reinos de anacondas y jaguares.
Contigo descubrí los perfumes del jazmín del cabo.
A volar mi imaginación con relatos
de indios, de flores extrañas, de junglas impenetrables,
de ríos con pirañas y caiporás protectores,
de camalotes formando islas,
bajando serenas buscando las grandes aguas.
Islas que llevan yaras, corales y cruceras,
valientes protectoras de los bosques tropicales.
Cuando sopla el viento del norte los niños aprendemos
a hacer arcos y flechas con cañas,
para jugar con el viento creando historias extrañas.
Jugar con el viento del Este,
es jugar con el llanto y las lágrimas,
con el infinito océano que guarda
tantas nostalgias.
En invierno es sentir la lluvia helada,
congelando las manos y caras,
es meterse en los charcos
chapotear felices la bendición del agua.
Hacer de papel barquitos,
ponerlos en la correntada,
correr con ellos y salvarlos
antes que caigan en alguna cascada
de las alcantarillas,
de enormes bocas negras
que todo lo tragan.
Si soplas en verano,
también nos traes agua,
y junto a los barquitos
juegan niños desnudos
corriendo y mirando el cielo,
de boca abierta, bebiendo agua.
El placer de los pies descalzos,
pisando el barro blando
que esconden las charcas.
Pescar renacuajos
tal vez alguna rana.
Siempre con el viento del Este
podemos jugar con las aguas.
Después que has aprendido,
el secreto de jugar con los vientos,
eres capaz de volar con ellos
llevando sonrisas alegres,
a cualquier lugar
por donde el viento pasa.
Así tiras la red invisible
de la alegría y la calma.
Es cuando sabes,
que las sonrisas y el amor
se escampan
igual que semillas de panaderos
llevadas en alas de viento
para que se encuentren las almas.
Tercer día de luna nueva de noviembre de 2015.
La niebla
Me encanta la niebla porque es capaz de impregnarlo todo con su aliento húmedo y nos hace percibir las cosas con sentidos que a veces tenemos aletargados.
Como un aliento húmedo del más allá.
Vino la niebla
Venía de una mar en calma, casi dormida.
Llegó la niebla
Desdibujó las formas, mojó los pastos.
Se puso la niebla
Pintó de gris mares, montañas y ciudades.
Mojó la niebla
Sólo con los ojos del corazón el caminante pudo,
ver a través de la niebla.
primer día de luna nueva de noviembre de 2015.
La mar y la niebla
La riera y la mar suministran alimento a esta garza blanca.
La mar liberando nubes.
Navegando por cielos azules llenos de espuma como nubes.
La mar en su húmedo sueño,
bosteza la niebla ,
que nos borra el horizonte.
Nos deja un trozo de espejo,
para ver las nubes,
que vuelan más allá del horizonte.
Es fácil poder volar,
con las alas fuertes
de una gaviota.
Playa de Vilanova i la Geltrú.
Cuarto menguante del escorpión de 2015.