
Desde mi ventana al cielo así se dejó ver la luna llena de enero, en el hemisferio norte conocida como la luna de hielo.
Como no estaba el cielo totalmente despejado, surgía en el cielo como una hermosa dama envuelta en un vaporoso vestido de seda, capaz de con tan sólo verla acelerar tu corazón igual que cuando miras los ojos de tu amada.
Pero también me acordaba de mis natales cielos de enero allá por el hemisferio sur hoy lejanos y sumergidos en la niebla de los recuerdos, donde la luna de enero es la de las noches tibias llenas de estrellas, grillos, luciérnagas y perfumes de jazmines del cabo y reinas de la noche.
Como estamos inmersos en esta curiosa dualidad, al abrir esta ventana que abro en el hemisferio norte, en mi corazón se abrió también la ventana del hemisferio sur, surgiendo desde los ojos que miran a la luna este poema dedicado al dual y hermoso CIELO DE ENERO.
Enigmático y misterioso cielo de enero.
En el Norte del planeta luces la luna de hielo,
rodeada de temblorosas estrellas.
En el Sur del planeta envuelves la luna llena
con la Vía Láctea regando todo con leche de estrellas.
En el Sur lo mezclas con miles de perfumes
de flores veraniegas.
Me quedo con los dos cielos,
el que hace tiritar las estrellas
y el que perfuma las noches de estrellas,
acompañado del canto de los grillos
alumbrado en la oscuridad por las luciérnagas.
Hay mi cielo de enero,
eres único en todo el planeta.
Día de la Luna Llena de enero de 2017.
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