Me dijeron que la alegría es un ángel
de esos de verdad
con alas de plumas, vestidos de túnica
me dicen algunos que no lo pueden ver
¿qué venda tienen tus ojos?, respondo
lo verás jugando con los niños
sintiendo una caricia tierna, enamorada
viendo el sol reflejado en una cabellera al viento
en el canto de los pájaros
en un trigal mecido por el viento
en las noches de luna llena empapada de perfumes
en la sonrisa franca del amigo
en el eterno retorno de las estaciones
en el dibujo que te habla
en el susurro al oído
en la luz del relámpago y el rugido del trueno
en las horas mirando el fuego.
Al ángel de la alegría sólo tienes que invocarlo
para poder verlo.