Marismas y la mar

Amanecer en la marisma de Ribes Roges el 21 de diciembre, último día del año astronómico ya que mañana 22 se produce el Solsticio de Invierno en el hemisferio Norte y comenzamos el «viaje hacia la luz».

Había un intenso temporal de Garbí que agitaba la mar provocando un oleaje continuo de rugido intimidatorio.

La vida en forma de garzas, patos, caderneras, estorninos, gaviotas y cormoranes se refugiaba en los remansos de agua de la marisma, protegidos por la vegetación y alimentados generosamente por ella.

La niebla y la lluvia le daban el toque imprescindible para despedir el otoño y vivir el día más corto del año rumbo al invierno.

Mañana vuelve la luz, deja de retroceder para comenzar su ascenso imparable hasta estallar en vida en la próxima primavera.

Un buen día el de hoy, para hacer balance del año, comprobar si conseguimos los objetivos planeados o qué nos faltó para conseguirlos. Encendemos las luces del árbol para decirle que no tenga miedo a las sombras, que la luz ya viene y pronto renacerán sus ramas hojas, flores y frutos

Esperamos la luz con la confianza que la madre Tierra nos soportará y nos alimentará igual que lo hace con las aves de la marisma de Ribes Roges. El próximo año que empieza mañana, no nos faltará de nada, todo lo que pensemos con el corazón la madre Tierra nos lo dará llena de alegría como lo hacen todas las madres.

Un feliz Solsticio de Invierno a todos y que nuestros pensamientos y sentimientos sean de alegría, dicha y prosperidad. Encendamos el árbol de nuestros corazones y a disfrutar del viaje intergaláctico con nuestra Madre Tierra y nuestro padre Sol por el inabastable Universo.